Una tarde inolvidable

Soy Mari Jose, la hermana de Paqui. Ella se alegra de haberse aficionado gracias a mí, pero yo me alegro más de contar con ella como otra gran aficionada. Así, juntas podemos disfrutar de lo que para nosotros es lo más bonito que exite como arte: la fiesta de los toros.
A lo largo de todos estos años que llevamos como aficionadas hemos vividos días inolvidables. Los principales quizá cada vez que hemos ido a grabar un reportaje con canal 30.
También tardes de toros para el recuerdo. Hoy os voy a contar una de esas tardes: Sucedió el 28 de mayo de 1998. Fuimos a ver a El Juli que aún era novillero y a Manolo Bejarano, torero cacereño que luego hemos tenido la suerte de conocer gracias a un reportaje que grabamos con él . Hay que decir que es un buen torero y mejor persona.
Pues como os iba diciendo fuimos todas ilusionadas hasta la plaza de toros de Cáceres para ver al novillero que por aquel entoces estaba más en candelero, que no en el candelabro como diría Sofía Mazagatos. La tarde resultó apotéosica. Ambos novilleros salieron a hombros tras una tarde de mucha entrega y verdad por parte de ambos.
Tras acabar el festejo nos fuimos al hotel Extremadura(el antiguo, que todavía existía) y asistimos al coloquio. Antes de comenzar dicho coloquio estuvimos con Juli haciendonos unas fotos que hoy día las vemos como algo muy especiales, pues el torero madrileño era un crío de tan sólo quince años.
El coloquio estuvo muy interesante, se habló de todo lo ocurrido en el festejo, y los aficionados puedieron participar del mismo. Fue un día inolvidable, de esos que se quedan en la memoria.
Lo bonito de esta afición es poder vivir los momentos, pero no menos bonito es recordarlos.
Nosotras mucha veces nos sentamos con nuestro album repleto de fotos y recordamos todas esas tardes. Ojalá se repitan muchas más.
Llevamos tiempo soñando con pisar la Maestranza durante la feria de Sevilla o las Ventas durante la feria de San Isidro. Ojalá lo consigamos algún día.