miércoles, junio 25, 2008

¿Quien terminará con la fiesta ?

El pasado 24 de junio asistí a una corrida de ocho toros en León, del hierro de Jandilla que resultó muy deslucida. Toros nobles sí, pero sin chicha ni limoná. De nada sirvió que vinieran Morante, El Cid y Perera en su mejor momento. De Finito prefiero no opinar. Pues sí, nos sentamos con la mejor de nuestras ilusiones para ver un cartel tan rematado, mi hermana, mi sobrino y yo, aunque con la mosca detrás de la oreja, pues sabíamos que si los toros fallaban podía ser la tarde demasiado larga. Hay que pensarse muy bien lo de sentarte al sol sabiendo que una corrida de ocho toros puede durar más de tres horas. De hecho duró algo más de tres horas, pero tengo que decir, en honor a la verdad que lo pasamos bien, gracias a la labor de las tres figuras que ya he mencionado, pero si los toros hubiesen tenido más motor, más transmisión y más presencia, quizá la tarde no hubiese sido simplemente entretenida, (qué palabra más fea para definir una tarde de toros), sino que hubiese sido de emociones fuertes.
Pero no, esto no marcha bien. Si seguimos riéndonos de las plazas de segunda categoría, lo digo por experiencia, pues son varios años acudiendo a las ferias de Cáceres y León van a acabar con la afición. No se pueden presentar semejantes animales e intentar taparnos el cielo con los dedos. Si no hay emoción, entre todos, empresarios, ganaderos y representantes de toreros van a acabar con la fiesta.
Al término del festejo, como ya es tradición, diez o doce antitaurinos campaban a sus anchas frente a la puerta grande, mientras nos recibía a gritos de “sois una vergüenza” y lindezas como “asesinos, asesinos”.
Pero yo me planteo una cosa, después de la tarde que os relato: ¿Quién puede terminar con la fiesta: estos repetitivos antítaurinos, que salen con el disco grabado o los propios taurinos que se están despreocupando de cuidarla y simplemente van a llenar la saca, como dirían los Cruz y Raya?
Pues nada, que dicho queda. Ahora, que yo digo otra cosa, como aficionada, es el primer año de mi vida en muchos años que no he ido a la feria de Cáceres, pero no fui por la sencilla razón de que estoy harta de que se rían de los aficionados. No me da la gana de dar 30 euros como mínimo, en la piedra bien calentita, y con la cabeza más calentita todavía mientras se creen algunos empresarios y demás asalariados que somos la tonta del bote.
María José Borrega Fresneda

lunes, junio 16, 2008

El otro dia escuchando una canción de amaral que me gusta mucho que se titula "es sólo una canción" una parte de su letra decia algo asi:

""El matador acaba la faena con sangre sobre la arena no quiero entender porque hay que matar a veces siento que soy ese animal""

pues yo creo que es tan fácil como que para que exista ese animal que tanto nos gusta a los taurinos y tanto "defienden" los antitaurinos para ello tiene que morir en una plaza de toros, de manos de una persona que también puede perder su vida y además haciendo arte. que querran hacer estas personas "tan buenas" con ese animal, que me lo explique alguien por favor que yo no tengo ni p... idea.

domingo, junio 01, 2008

San Isidro de nubarrones

Este San isidro ha estado marcado por los nubarrones, pero no solamente en lo climatológico, sino también en lo taurino. Ha habido pocas cosas que destacar para un serial tan largo, aunque no en vano, algunas tardes salieron los rayos del son taurinamente hablando.
El vallisoletano Joselillo fue el primero en cortar una oreja en la tarde de su confirmación a un toro de Dolores Aguirre tras una actuación meritoria que hizo posible que su nombre comenzara a sonar de manera muy merecida entre los aficionados. Diego Urdiales que no estaba anunciado en la feria cortó otra oreja merecida y de gran mérito a un toro de Carmen Segovia, Antonio Ferrera hizo lo propio a un toro de la dehesilla el pasado 14 de mayo, Morante hizo vibrar a los aficionados tras una faena inspiradísima a un toro de Victoriano del río en la tarde que más llovió de toda la feria y el maestro Fundi cortó otra, tras una meritoria faena y la mejor estocada de la feria a un toro de Adolfo Martín.
Sin cortar orejas dejaron buena impresión Javier Valverde, Luís Bolívar, Morenito de Aranda que realizó el mejor toreo de capote de toda la feria, Israel Lancho que estuvo bien con un toro magnifico de Celestino Cuadri, de nombre Aragonés, y el maestro Juli que estuvo realmente bien y en figura del toreo con un toro de Victoriano del río.
Capitulo aparte merecen las actuaciones de Alejandro Talavante y el maestro Cid. Talavante se reencontró en su segunda actuación con los toros de Adolfo Martín. Cuajó de manera soberbia al último de la tarde y volvimos a disfrutar los aficionados del mejor Talavante. Sin embargo, su cruz con la espada le privó de abrir la puerta grande.
Y si Talavante tiene una cruz con la espada, el maestro Cid tiene un autentico calvario. Ha perdido dos veces la puerta grande en este San Isidro inolvidable para él y para todos los aficionados. Hizo la mejor faena de la feria a un toro del Pilar la tarde del 15 de mayo, y volvió a bordar el toreo con un toro de Victorino Martín cuando ya se cerraba la feria. El Cid ha demostrado este San Isidro que es una auténtica figura del toreo.
En cuanto a ganaderías destacó la de Peñajara como la mejor de la feria y algunos toros sueltos de Palha, con uno muy bueno al que se le dio la vuelta al ruedo, Aragonés de Celestino Cuadri y algunos novillos de Montealto y uno muy bueno de la Quinta, de nombre Abejorro. Seguramente se me olvidará alguno más, pero lo estoy haciendo de memoria y es fácil que me olvide de alguno.
En cuanto a los novilleros destacaron Rubén Pinar, el Payo y sobre todo Miguel Tendero que demostró unas condiciones extraordinarias para ser grande en esta profesión.
En cuanto a las actuaciones a caballo destacó Andy Cartagena, que fue el único que abrió la puerta grande durante toda la feria y Álvaro Montes y Leonardo Hernández que también tocaron pelo.
Una de las conclusiones que he sacado de esta feria es la siguiente: dos de los toreros que más han destacado en esta feria, no estaban anunciados en los carteles, llegaron por la vía de la sustitución. Es el caso de Diego Urdiales y Morenito de Aranda. Por eso yo me pregunto: ¿No sobraban algunos nombres, y sin embargo faltaban otros? Yo particularmente, eché de menos a alguno especialmente a uno: al sevillano Luís Vilches.